Área Metropolitana de Madrid
Más allá de la ciudad de Madrid: Un mundo por descubrir. ¿Crees que lo has visto todo en Madrid? ¡Te sorprenderás! El Área Metropolitana de la capital te invita a explorar ciudades y pueblos con siglos de historia, paisajes naturales de ensueño y un rico patrimonio cultural.
Descubre la región urbana más grande de España y sus innumerables propuestas.El Área Metropolitana de Madrid es un territorio que incluye la capital y sus inmediaciones. Comprende una de las áreas urbanas más grandes de Europa, con municipios como Madrid, Móstoles, Alcalá de Henares, Leganés o Fuenlabrada. Ciudades y pequeñas localidades que en conjunto superan los 7 millones de habitantes. Se trata de un vibrante mosaico de experiencias de ocio y cultura, donde el ritmo vertiginoso de la gran ciudad se entrelaza con la serenidad de vastos parques, espacios naturales y la riqueza de un legado histórico-artístico sin igual.
¿Qué ver en el Madrid metropolitano?

Alcalá de Henares
Declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1998, Alcalá de Henares, ciudad natal de Cervantes, es un destino imprescindible para los amantes de la historia y la cultura. Conocida como “la ciudad del saber”, grandes literatos del Siglo de Oro español como Francisco de Quevedo, Lope de Vega, Calderón de la Barca, Tirso de Molina o San Juan de la Cruz estuvieron vinculados a ella. Sin embargo, de entre todos ellos destaca con luz propia Miguel de Cervantes, que nació aquí en 1547.
Alcalá de Henares fue la primera urbe diseñada y construida especialmente como sede de una universidad. Fundada por el cardenal Cisneros en 1499, en pleno Renacimiento, sirvió como modelo para otros centros de enseñanza en Europa y América. De sus aulas salieron grandes obras como, por ejemplo, la Biblia Políglota.
Un paseo por Alcalá de Henares es un viaje en el tiempo que te permitirá conocer la historia de España y de Europa. Con más de 2.000 años de historia, esta ciudad ha sido testigo de diversas civilizaciones, desde los romanos hasta nuestros días albergando tesoros como “Complutum”, uno de los enclaves romanos de referencia en España. La Alcalá medieval, con sus barrios cristiano, judío y musulmán, guarda espacios con recuerdos de mezquitas y sinagogas, de iglesias, oficios y lugares que dieron forma y carácter a una villa llena de contrastes.
Alcalá de Henares ofrece una amplia oferta cultural y turística. Además de monumentos y museos, podrás disfrutar de su gastronomía, pasear por sus jardines y participar en alguna de las muchas actividades que se organizan a lo largo del año.

Alcobendas
Explora Alcobendas, una ciudad del área metropolitana de Madrid con espacios culturales, parques y una vibrante oferta gastronómica.

Alcorcón
Descubre Alcorcón, una ciudad del área metropolitana de Madrid con historia, cultura y gastronomía.

Arganda del Rey
Descubre su rico patrimonio histórico y monumental, saborea sus vinos con Denominación de Origen, vive la emoción de sus fiestas tradicionales y explora la belleza natural del Parque Regional del Sureste.

Arroyomolinos
Un destino al suroeste de Madrid donde la historia romana y medieval se entrelaza con la naturaleza en parajes del Guadarrama, ofreciendo desde rutas mágicas para niños hasta la emoción de esquiar en una pista cubierta, todo coronado por un icónico torreón.

Batres
Un tesoro escondido al sur de Madrid, donde siglos de historia se funden con la naturaleza, invitándote a recorrer castillos medievales, fuentes renacentistas y paisajes silvestres habitados por aves majestuosas.

Boadilla del Monte
Un destino donde la historia y la naturaleza se entrelazan, invitándote a descubrir su joya arquitectónica, el Palacio del Infante Don Luis, y a explorar su entorno natural de más de 700 hectáreas de bosque.

Brunete
Un rincón histórico a las puertas de Madrid, donde el eco de la Guerra Civil resuena entre fortines y plazas escurialenses, y la naturaleza invita a perderse en senderos junto al Guadarrama.

Colmenar Viejo
Un viaje a través de milenios de historia, donde el legado paleontológico y arqueológico se fusiona con la tradición ganadera, el patrimonio cultural y la belleza natural a los pies de la Sierra de Guadarrama.
Fuente el Saz de Jarama
Un destino donde la historia milenaria se encuentra con la naturaleza en un entorno de fértiles llanuras y rica biodiversidad, a orillas del río Jarama

Getafe
Descubre Getafe, una ciudad vibrante del área metropolitana de Madrid con historia, cultura y gastronomía.

Leganés
Un equilibrio perfecto entre historia, naturaleza y modernidad, donde el visitante puede explorar desde vestigios del Paleolítico hasta disfrutar de amplios parques y centros comerciales de vanguardia, todo a un paso de Madrid.

Mejorada del Campo
Un destino donde la historia milenaria se fusiona con la creatividad y la naturaleza, desde sus orígenes paleolíticos hasta la singular catedral de Justo Gallego y los paisajes protegidos del Parque Regional del Sureste.

Móstoles
Un viaje a través de la historia, desde los albores de la prehistoria hasta el corazón de la Guerra de la Independencia, donde el patrimonio histórico y artístico se fusiona con la cultura contemporánea.

Navalcarnero
Un tesoro castellano con sabor a vino y a tradición.

Pinto
Un viaje a través de milenios de historia, desde los asentamientos prehistóricos hasta el legado medieval y renacentista, donde el patrimonio cultural se fusiona con la belleza natural del Parque Regional del Sureste.

Rivas-Vaciamadrid
Un destino que combina el encanto de sus vestigios carpetanos con la belleza de sus espacios naturales protegidos, como el Parque Regional del Sureste, ofreciendo una amplia gama de actividades al aire libre y la posibilidad de explorar rutas históricas como el Camino de Uclés.

La ciudad de Las Rozas
Descubre un destino que te sorprenderá con su vibrante combinación de naturaleza, deporte y ocio, desde sus parques naturales hasta sus centros comerciales y deportivos de primer nivel.

San Fernando de Henares
San Fernando de Henares se ubica a 24 km al este de Madrid capital, en el valle del río Jarama, con una población que roza los 39.000 habitantes (2023).
Existen vestigios de poblamiento en los periodos paleolítico y neolítico. Del periodo calcolítico se exponen materiales de alta calidad en el Museo Arqueológico y Paleontológico Regional de la Comunidad de Madrid, procedentes del yacimiento Camino de Yeseras. De la Edad Antigua se han hallado restos romanos, que pertenecerían al poblamiento asociado a la antigua Complutum y algunos más tardíos, del siglo III, de villas romanas situadas en la confluencia de los ríos Jamara y Henares. De época visigoda sólo se han encontrado restos de un posible basurero, cerámicas y almacenes de cereales. De la dominación árabe se conserva la toponimia del soto y castillo de Aldovea, un enclave de bosques y cultivos junto a la vega del río Henares.
Durante la reconquista, en 1118, San Fernando de Henares queda enmarcada en la comunidad de villa y tierra de Alcalá de Henares. En el siglo XVI se roturaron nuevas tierras de cultivo para abastecer la demanda de alimentos de Madrid.
La renovación económica que se produce en el siglo XVIII propició la creación la Real Fábrica de Paños de San Fernando, decretada en 1746 bajo el reinado de Felipe V. Se compra el caserío originario conocido como Torrejón de la Ribera y tras su subida al trono, Fernando VI toma posesión del lugar a los pocos meses. Se cree que el Real Cuerpo de Ingenieros Militares se encargó del diseño de la nueva ciudad, por su similitud con otros proyectos de reales fábricas en Sevilla y Guadalajara. Se trataba de una construcción organizada en planta cerrada y cuadrada en torno a un gran patio central con una fuente. De la Real Fábrica sólo se conserva una parte de la fachada principal, obra de los escultores Agustín del Corral y Andrés de las Elgueras, integrada en el nuevo edificio del ayuntamiento.
Frente a la fábrica se construyeron viviendas para los trabajadores, lo que daría origen al actual municipio. Ante la fachada principal de la fábrica se abrió una plaza de planta cuadrada (actualmente plaza de España) que se unía por un eje con una segunda plaza (actualmente plaza de Fernando VI). Este eje se prolonga, por la calle de la Huerta, hasta la Huerta Grande o Huerta de la Vega, un soto junto al río Jarama con cultivos y extensos paseos con ejemplares de gran porte de chopos, olmos y plátanos.
El trazado y construcción de la nueva población responde a los esquemas urbanísticos del barroco europeo de la primera mitad del siglo XVIII, a semejanza del urbanismo de Aranjuez. El proyecto de San Fernando comprendió además de la fábrica y nueva población inicialmente pensada para sus operarios, una serie de obras de apoyo a las necesidades de la fábrica y de la nueva población, tales como obras hidráulicas para la canalización del río y riego de las huertas, molino de papel y lavaderos para la fabricación de paños, que por su riesgo quedaban desligados de la fábrica y la población. Esto último junto con la construcción del cementerio y el matadero fuera de la población, inauguraron un nuevo concepto de higiene urbana desarrollado a partir del siglo XVIII.
San Fernando de Henares supone un proyecto innovador para la época, ya que por primera vez se planificaba una ciudad y su territorio circundante en función de las necesidades económicas que imponía la producción.
Los altos precios de los tejidos y la enfermedad de muchos trabajadores provocaron una baja productividad, motivando el traslado de la fábrica a Vicálvaro en 1753, dejando sólo los almacenes.
La ocupación francesa, en el siglo XIX, dejó el lugar devastado por los incendios y saqueos que provocaron más de 8.000 soldados acuartelados en la zona.
El entorno natural de San Fernando de Henares se enmarca en el Parque Regional del Sureste, que ocupa la mayor parte de superficie municipal. Uno de los lugares que distinguen a San Fernando de Henares por su relevancia ambiental es la Finca de la Guindalera, situada en la confluencia de los ríos Jarama y Henares, un área muy alterada por la acción extractiva de áridos que aún conserva la estructura del paisaje de la vega, con bosques de ribera. El Soto de Aldovea (Cerro Gordo) también forma parte del mismo paisaje con fragmentos de bosque de ribera en torno al río Henares, con vegetación autóctona de taray, chopo blanco, fresno común, sauces y algunos olmos. Los cerros de la La Granja, así como los cerros de la Herradura y del Tesoro también forman parte de este paisaje de vegas que podemos recorrer en bicicleta o a pie siguiendo diferentes rutas.
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San Sebastián de los Reyes
San Sebastián de los Reyes se sitúa a 27 km al norte de Madrid, en la vega del río Jarama y en el entorno del Parque Regional de la Cuenca Alta del Manzanares. La ciudad supera los 92.000 habitantes (2023).
En 1369, Enrique II otorgó a Pedro Menéndez de Mendoza el señorío de Alcobendas, además de otros territorios como el Real de Manzanares y las aldeas de Barajas y Cobeña. Hasta entonces Alcobendas pertenecía al alfoz de Madrid. A mediados del siglo XV, el señorío pasó a manos de los Arias Dávila, y es a partir de 1476, bajo el tiránico mandato de Diego Ávila Dávila, cuando numerosos vecinos huyeron del señorío para trasladarse a la villa de Madrid. Los Reyes Católicos tuvieron que intervenir para protegerlos en varias ocasiones mediante el dictado reales cédulas. En 1486 varios vecinos de Alcobendas se asentaron junto a la ermita de San Sebastián y solicitaron residir en la villa de Madrid. Los Reyes Católicos dictaron una Real Cédula en 1492 que ponía a los vecinos bajo su protección. Desde entonces, el lugar comenzó a llamarse San Sebastián de los Reyes. Las nuevas represalias de Juan Arias contra los vecinos, en 1493, provocó que el concejo de Madrid procediera al amojonamiento de los terrenos de San Sebastián de los Reyes.
El origen de los encierros taurinos de la localidad se debe a una provisión de Carlos I al arzobispo de Toledo en 1525.
En 1808 las tropas napoleónicas acamparon en San Sebastián de los Reyes, utilizando el municipio como base de operaciones militares durante varios años.
San Sebastián de los reyes conserva algunas interesantes representaciones de patrimonio-histórico artístico, como las ruinas de la iglesia de la Virgen del Espino, en Fuente del Fresno, una edificación del siglo XVI que conserva restos del ábside y la espadaña. La plaza de la Constitución forma el único conjunto histórico-artístico del centro de la localidad. Destacan el museo etnográfico El Caserón, un claro exponente de una casa grande de labor del siglo XVII. La exposición permanente del museo trata de las artes y tradiciones populares, el pasado de una localidad antaño agrícola y ganadera. A pocos metros encontramos la iglesia de San Sebastián Mártir, del siglo XV aunque bendecida a comienzos del siglo XVI. Cuenta con una torre neomudéjar y un interesante interior en el que destacan su magnífico artesonado y las capillas con imágenes barrocas.
San Sebastián de los Reyes alberga el Circuito del Jarama o Circuito de Madrid Jarama – RACE, un autódromo de 3850 metros de longitud, junto al km. 28 de la autopista A-1, que fue inaugurado en 1967. En la actualidad está inmerso en una gran obra de renovación y mejora para convertir al circuito en un centro de convenciones, pero también de formación y competición.
De entre todo el ciclo festivo anual de San Sebastián de los Reyes hay que destacar las del Santísimo Cristo de los Remedios, declaradas de interés turístico nacional, que se celebran la última semana de agosto y cuya base son los tradicionales encierros de toros, documentados en el siglo XVI. Este acontecimiento resulta para los vecinos y visitantes un hecho singular que otorga personalidad propia a una ciudad volcada en la calle día y noche.
San Sebastián de los Reyes es también referente en ocio infantil, pues cuenta con Micropolix, una ciudad para niños de entre 4 y 14 años. Un espacio donde, a través de actividades y juegos, se transmiten valores como el esfuerzo y la independencia, así como conocimientos tan importantes como la educación vial.
También en el ámbito de las compras, San Sebastián de los Reyes, es un referente, pues alberga uno de los mayores espacios comerciales de la Comunidad de Madrid, el parque comercial Megapark y junto a él, el centro comercial Plaza Norte 2. Pocos kilómetros más al norte encontramos The Style Outlets San Sebastián de los Reyes, uno de los outlets de moda más grandes de la región.
San Sebastián de los Reyes cuenta con un envidiable entorno natural que se enmarca en la vega del río Jarama y, sobre todo, en el área que ocupa el Parque Regional de la Cuenca Alta del Manzanares, donde encontramos bosques constituidos por encinas mezcladas con arbustos y matorrales. Destacan espacios como el Monte Pesadilla, un típico representante del encinar mediterráneo, se extiende a lo largo de más de 350 hectáreas entre las urbanizaciones de Ciudalcampo y Fuente el Fresno, con gran variedad de encinas centenarias, chaparros, quejigos y enebros; la Dehesa Boyal, un encinar adehesado calificado como zona de reserva natural educativa; y el paraje de Valdelamasa, todos lugares ideales para la práctica del senderismo y el contacto con la naturaleza. San Sebastián de los Reyes cuenta además con una pequeña parte del Lugar de Interés Comunitario de las Cuencas de los ríos Jarama y Henares.
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Talamanca de Jarama
Un puente entre la Roma antigua y la Edad Media.

Torrejón de Ardoz
Torrejón de Ardoz se localiza a 29 km al este de Madrid, en el valle del río Henares. Cuenta con una población que roza los 138.000 habitantes (2023).
La primera presencia humana se sitúa en el Calcolítico, aunque no será hasta el siglo XI cuando se funde la aldea de Torrejón de Ardoz, tras la construcción del castillo de Aldovea, se crea la aldea de Torrejón de Ardoz. En 1118 el reino de León bajo el reinado de Alfonso VII, reconquistó Alcalá y su tierra, en la que se incluye la fortificación fronteriza de Torrejón. La dependencia del alfoz de Alcalá se produjo hasta 1554, cuando la población se independizó como villa y pasó a formar parte el arzobispado de Toledo. En 1575, Felipe II accede a los deseos de los vecinos de incorporar la villa al Patrimonio Real.
En 1843 tuvo lugar la batalla de Torrejón de Ardoz, entre las tropas del general Antonio Seoane, mandado por el general Espartero, y las tropas del general Narváez. Tras la derrota de Seoane se estableció el nuevo gobierno de Narváez, dando comienzo al periodo denominado década moderada.
Torrejón de Ardoz conserva interesantes ejemplos de patrimonio histórico-artístico. La iglesia arciprestal de San Juan Evangelista, situada en la plaza Mayor, se construyó a partir del siglo XVI. A partir de 1784 se amplió hasta alcanzar el aspecto actual, de planta basilical. El interior cuenta con un cuadro de Claudio Coello, “El martirio de San Juan Evangelista”, de 1675.
La Casa Grande, en el centro histórico de Torrejón, se construyó a finales del siglo XIV. Inicialmente fue una casa de labor de la Compañía de Jesús para administrar al Colegio Imperial de Madrid. Tras la expulsión de los jesuitas en 1776, durante el reinado de Carlos III, pasó a manos de distintos propietarios y se convirtió en cuartel de la Guardia Civil hasta 1974. Posteriormente fue restaurada y convertida en un centro hostelero y artístico. Alberga un importante museo de iconos bizantinos con más de 1.200 piezas.
El Museo de la Ciudad es un espacio de más de 1000 m² repartidos en cuatro plantas dedicados a la historia de Torrejón de Ardoz. La exposición permanente permite recorrer la historia desde el Paleolítico hasta nuestros días. Cuenta con los restos de un yacimiento encontrado durante la construcción del nuevo barrio Soto del Henares.
Entre las festividades de Torrejón de Ardoz, destaca el evento Mágicas Navidades, declarado fiesta de interés turístico regional. La celebración tiene lugar durante el mes de diciembre y hasta el 6 de enero, para celebrar la llegada de la Navidad. Aunque se celebran actos en todo el municipio, es en el recinto ferial de la localidad donde se concentran la mayoría de propuestas de ocio infantil relacionados con la Navidad, como iluminación multicolor, árboles gigantes, atracciones de feria, pistas de patinaje sobre hielo, distintos espectáculos y conciertos.
Parque Europa es el principal pulmón verde de Torrejón y un gran polo de atracción para el turismo familiar. El parque cuenta con un completo programa de paisajismo a base de especies naturales y réplicas de 19 monumentos asociados a los distintos países que forman la Unión Europea. Contiene varias áreas de ocio, un lago artificial y una fuente cibernética.
En cuanto a las compras, Torrejón de Ardoz es un referente por su amplia y renovada oferta. Destacan los centros comerciales y de ocio de ámbito regional como Parque Corredor, uno de los primeros y más grandes centros comerciales de la Comunidad de Madrid, y Oasiz, un innovador concepto de centro comercial que prioriza el ocio frente a las habituales tiendas de moda y hogar, ofreciendo un espectáculo de fuentes único en España.
El entorno natural de Torrejón de Ardoz tiene como protagonista al río Henares y su vega, un paisaje muy antropizado por el uso agrícola de la vega y los límites urbanos de la ciudad, donde se han creado espacios como el Parque de los Miradores. La existencia de bosques de ribera a lo largo del río Henares y la regeneración de la campiña circundante crean un bello paisaje donde se divisan el soto de Aldovea y el cerro de San Juan del Viso, y que invita a ser recorrido a pie o en bicicleta.
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Torrejón de Velasco
Torrejón de Velasco se sitúa en la Comarca Sur, a 30 km al sur de Madrid. Cuenta con una población que roza los 5.000 habitantes (2023).
El origen de Torrejón de Velasco, según algunas fuentes, podría ser fruto de una avanzadilla militar romana de la guarnición de Getafe, que posteriormente se convertiría en una población visigoda.
Adquiere una importancia estratégica en la época de la Reconquista, sobre todo a partir del 881 con la incursión de Alfonso III a las inmediaciones de Toledo.
En 1332, Alfonso XI concede Torrejón de Velasco a Sebastián Domingo, conde de Puñonrostro. En el siglo XVI los señoríos de Puñonrostro abarcaban Torrejón de Velasco, Casarrubuelos, Cubas de la Sagra, Batres, Griñón, El Álamo, Villamanta y Moraleja de Enmedio. Finalizada la Reconquista y perdida ya la importancia militar del castillo, este pasó a convertirse en prisión de personajes ilustres, entre ellos Martín Cortés, marqués del Valle; o Juan Alfonso de Aragón, conde de Ribagorza.
En 1541, Torrejón de Velasco vio nacer, a Francisco Arias de Bobadilla, IV conde de Puñonrostro, comandante del Tercio Viejo de Zamora, artífice, en 1585, del milagro de Empel, una de las más importantes batallas en la historia de España y que desde entonces harían a la Inmaculada Concepción, patrona de España.
En 1775, aún bajo los condes de Puñonrostro, se instaló en el interior del castillo una fábrica de jabones y una hilatura de lana. Fue en el siglo XIX, durante la guerra de Independencia, cuando el castillo sufrió importantes desperfectos a manos de las tropas francesas que lo utilizaron como blanco de entrenamientos y maniobras con artillería.
Tras la desamortización de Mendizábal, los herederos de Puñonrostro perdieron la posesión del castillo.
Los elementos más destacados del patrimonio histórico artístico de Torrejón de Velasco son:
El castillo de Puñonrostro lo mandó construir el obispo de Palencia, Gutierre Gómez de Toledo en 1432. Sufrió una importante remodelación en 1460, que coincide con la cesión al señorío de importantes favores reales, como ferias y mercados libres de aranceles. Se erige una nueva torre del homenaje, el muro oeste con los tres torreones y se modifican las troneras de las torres para instalar artillería de mayor calibre. En 1522 sufrió deterioros durante la Revolución Comunera contra Juan Arias Dávila, que se saldó además con el saqueo y destrucción de las casas del municipio. En 1523, Arias Dávila alcanzó el título de conde de Puñonrostro y el castillo se convirtió en su residencia permanente. En 1526, Carlos V y Francisco I de Francia se alojaron allí, con el objetivo de concertar un matrimonio entre el rey francés y Leonor.
A lo largo del siglo XVI el castillo fue utilizado como improvisada prisión de personajes ilustres.
Hacia el 1775 se instaló en el patio interior una fábrica de jabones y una hilatura de lana. Este cambio de uso provocó la apertura de una gran puerta en el lado noreste del Castillo, para facilitar el paso de carruajes.
Las áreas arqueológicas excavadas han revelado la existencia de un foso defensivo que circundaba el perímetro del castillo.
La iglesia de San Esteban Protomártir, comenzó a construirse en 1400 por el arzobispo de Toledo, Pedro Tenorio, en planta de cruz griega. En 1603 se amplió según las tendencias barrocas y la influencia toledana de los maestros alarifes. También se levantó la torre campanario con el doble de la altura de la iglesia. En 1665 la torre se desplomó sobre la iglesia, teniendo que esperar hasta 1671 para su reconstrucción.
La plaza de España es el punto neurálgico de Torrejón de Velasco. Es de estilo castellano con edificios porticados, entre los que destaca el Ayuntamiento, con un reloj.
Los yacimientos paleontológicos del Cerro de los Batallones son los más singulares de la región, y se encuentran entre los más interesantes del registro fósil del Mioceno continental mundial. Son Bien de Interés Cultural con categoría de Zona Paleontológica. Tanto en conjunto como individualmente pueden considerarse como yacimientos con fósiles de conservación extraordinaria.
Hace 9 millones de años en el Cerro de los Batallones existió una trampa natural en la que los animales del entorno quedaron atrapados. Después varias campañas de excavación se han obtenido más de 20.000 restos óseos, que corresponden a anfibios, reptiles, aves y diversos grupos de mamíferos, sobre todo carnívoros como los tigres diente de sable.
El Convento de Torrejón de Velasco es un conjunto de edificios históricos que formaban un complejo de producción agrícola. Hoy en día es un centro gastronómico para la celebración de eventos.
El entorno natural de Torrejón de Velasco cuenta con uno de los humedales protegidos de la Comunidad de Madrid, que abarca 10 hectáreas, se trata de los Encharcamientos del arroyo Guatén, un paraje donde practicar el senderismo y observar la avifauna, que destacan por su relevancia botánica y faunística. Los encharcamientos se integran en La Sagra madrileña, un paisaje de campiña de la zona oriental de Torrejón de Velasco, surcada por varios arroyos vertientes al Guatén. Este tipo de encharcamientos salinos es un hábitat poco representado en la Comunidad de Madrid.
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Torrelodones
Torrelodones se ubica a 30 km al noroeste de Madrid, entre la sierra de Hoyo de Manzanares, al norte, y el río Guadarrama, al sur. Se encuentra en un paraje singular de roquedos, con especies arbóreas dispersas y dehesas de encinas. Cuenta con una población que supera los 25.000 habitantes.
Los vestigios más remotos encontrados en Torrelodones son las pinturas rupestres existentes en Canto de la Cueva, que evidencian cierta actividad humana durante la Prehistoria. Parece que a partir del siglo VIII se produce el primer asentamiento, poblado por bereberes. Esta hipótesis está avalada por el descubrimiento de unas sepulturas musulmanas, labradas en roca viva, cerca del actual emplazamiento de la Fuente de El Caño.
La evidencia material histórica más antigua de Torrelodones es la torre-atalaya, del siglo IX, que como parte del sistema defensivo andalusí de la “Marca Media”, tenía encomendado el control del paso de posibles enemigos avisando mediante ahumadas diurnas y fogatas nocturnas. Estuvo vinculada a la fortificación de Calatalifa (Villaviciosa de Odón).
Durante la Edad Media, y tras la conquista cristiana de Toledo en 1085, las Comunidades de Villa y Tierra de Segovia y de Madrid se disputaron el control de la zona. Los litigios se resolvieron en el siglo XIV con la decisión del rey Juan I de Castilla de donar las tierras a Pedro González de Mendoza. Torrelodones quedó así adscrita al Real de Manzanares, un territorio administrado por el Ducado del Infantado.
Durante el reinado de Felipe II, se construyeron la Fuente de El Caño y el Puente Nuevo, además se acondicionó el Camino de Valladolid y surgió una industria hostelera vinculada a los viajes de la Corte, construyéndose el desaparecido Real Aposento de Torrelodones, diseñado por Juan de Herrera.
En los siglos XVII y XVIII, el sector de la hostelería de posadas y mesones siguió siendo el sustento económico de la localidad. Las cinco leguas a las que Torrelodones distaba de Madrid, obligaba a pernoctar en la localidad. Hasta Luis de Góngora llegó a relatar la celebración de una bacanal en uno de sus romances.
En 1630 obtuvo el Privilegio de Villazgo, dejando de pertenecer a Galapagar.
El patrimonio histórico-artístico de la localidad destaca por la Atalaya de Torrelodones, construida en el siglo IX como parte de un grupo de atalayas musulmanas defensivas del periodo omeya de Al-Ándalus. Es una de las atalayas islámicas mejor conservadas de la Comunidad de Madrid.
El palacio del Canto del Pico es una construcción ecléctica de 1920 erigida como casa-museo para albergar la colección de arte de José María de Palacio y Abárzuza, tercer conde de las Almenas y primer marqués del Llano de San Javier. Se sitúa a 1.011 metros de altitud, sobre una elevación granítica, la más alta de Torrelodones.
La Fuente de El Caño data del siglo XVI. Luce el escudo de la Casa Ducal del Infantado y de los Condes del Real de Manzanares, señores de Torrelodones hasta el siglo XIX.
La iglesia de la Asunción de Nuestra Señora fue construida en piedra berroqueña, probablemente, en el siglo XVI. Aún conserva dos columnas salomónicas de su desaparecido retablo churrigueresco.
La presa de El Gasco es una obra de ingeniería del siglo XVIII diseñada por Carlos Lemaur. Se sitúa sobre el río Guadarrama. Fue uno de los proyectos con el que Carlos III pretendió hacer navegable el río Manzanares hasta el río Tajo. Se concibió para alcanzar los 93 metros de altura, lo que la baría convertido en la presa más alta del mundo en aquel momento. En 1799 sufrió un derrumbe del muro frontal cuando alcanzaba los 53 metros de altura. El proyecto fue abandonado y hoy se conserva un enorme lienzo de granito y parte del Canal del Guadarrama.
Torrelodones se encuentra completamente rodeado por dos espacios naturales protegidos: el Parque Regional del Curso Medio del río Guadarrama y su entorno y el Parque Regional de la Cuenca Alta del Manzanares. La presencia de abundantes cursos de agua ligados a estas dos zonas y de amplios territorios no urbanizados, dotan a Torrelodones de un gran valor paisajístico y natural, accesible tanto a pie como en bicicleta.
Torrelodones debe a las vías pecuarias gran parte de su existencia debido a la importancia que estas tuvieron durante siglos como vías de comunicación. Actualmente destaca el Cordel del Gasco por su buen estado de conservación y por sus tramos en entornos naturales que llevan hasta el Charco de la Paloma, no muy lejos del Molino de Juan Mingo junto al río Guadarrama.
La mina de Arroyo de Trofas, también llamada “Mina Rosa María”, es una antigua explotración de cobre situada sobre el arroyo de Trofas, en la antigua carretera de Torrelodones a El Pardo.
Los Cantos Negros es un gran espacio natural, con predominio del encinar carpetano, dentro del Parque Regional de la Cuenta Alta del Manzanares y, por tanto, reserva de la biosfera. Es el espacio ideal para hacer excursiones a pie o en bicicleta.
El Monte de los Ángeles es un espacio dominado por los afloramientos graníticos, muy populares para la escalada deportiva. La vegetación predominante es la encina, el enebro y el pino. Este espacio alberga algunos hitos como la torre del Telégrafo y la finca privada del palacio del Canto del Pico.
El embalse de los Peñascales y su entorno conforman una zona de abundante vegetación de ribera, donde destacan los fresnos, los sauces, los chopos y los juncos. Actúa como refugio para gran variedad de aves. Son muchas las posibles rutas a pie que se pueden realizar,
También destacan otros espacios naturales como el Área Homogénea Norte, Las Marías, las zonas ligadas a los cursos fluviales y la zona de protección de la torre de los Lodones.
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Torres de la Alameda
Torres de la Alameda, situada a 42 km al este de Madrid, se configura como uno de los puntos eje de la Campiña-Corredor del Henares. Cuenta con una población de casi 8.000 habitantes.
La historia del poblamiento de esta zona tiene su origen en torno al Paleolítico Medio, en un área próxima al arroyo Pantueña, con explotación y transformación de industria lítica. En el periodo Calcolítico se localizan agrupamientos de viviendas, áreas funerarias e industriales. Desde entonces y hasta el momento actual se constata la presencia de una secuencia cronológica de ocupación ininterrumpida. Ya en la Edad del Bronce se localizan varios asentamientos, alcanzando la fase carpetana, previa al contacto con Roma.
En el polígono industrial se han localizado restos de un asentamiento romano, así como una lápida funeraria en la ermita de la Soledad. Tras la caída de Roma, este territorio entra a formar parte del reino visigodo de Toledo.
De la ocupación musulmana poco se conserva, pese a los diferentes asentamientos establecidos y al carácter defensivo de la mayoría de estos. Alfonso VI reconquistó el territorio, coincidiendo con la ocupación de Toledo en 1085. Desde este momento, Torres de la Alameda entrará a formar parte del grupo de asentamientos dependientes de Alcalá.
En 1555, la princesa Dña. Juana de Portugal otorgó a Torres de la Alameda, en nombre de su hermano el Rey Felipe II, el título de villa, que aún ostenta. También bajo el reinado de Felipe II, Torres de la Alameda pasó del poder de los arzobispos toledanos a ser gestionada por la Corona.
Entre el patrimonio histórico-artístico de Torres de la Alameda, destaca la iglesia de la Asunción de Nuestra Señora, uno de los bellos ejemplos de arquitectura religiosa del siglo XVI en la Alcarria de Madrid. Es probable que se construyera sobre una edificación mudéjar anterior. La iglesia, de estilo renacentista, destaca por su pórtico y torre. En el interior resalta el artesonado del techo, el altar y la bella bóveda de la capilla de los condes de Montesclaros.
La ermita de la Soledad, del siglo XVI, cuenta en su fachada con una lápida romana del s. II que no se sabe cómo llegó allí. En su interior, cada Semana Santa se expone la Sábana Santa, una pieza del siglo XVII única en la Comunidad de Madrid.
El papel protagonista de la gastronomía de Torres de la Alameda es su aceite de oliva, con variedades de cornicabra y manzanilla, muy apreciado en la zona. Es costumbre que los vecinos lleven las aceitunas de sus terrenos a la almazara. Ya en las Relaciones de Lorenzana, de 1782, se mencionaba la existencia de dos molinos de aceite en el pueblo.
Torres de la Alameda es un municipio que presenta una gran biodiversidad. Sus cuestas y barrancos son un pequeño vergel inesperado de mariposas e insectos, mientras que por el resto del territorio es fácil divisar aves rapaces planeando en busca de alimento.
Se han divisado mariposas en peligro de extinción como la mariposa arlequín y aves emblemáticas como el águila real o el buitre negro. Especialmente interesantes son las mariposas porque la diversidad de este grupo es comparable a la Reserva de El Regajal, uno de los espacios naturales más importantes de la Comunidad de Madrid.
En el entorno natural de Torres de la Alameda destaca el mirador de los pájaros, situado en una de las zonas elevadas desde donde obtener una magnífica panorámica de la localidad, tras completar una senda a unos 2 km del centro urbano.
Los caminos y vías pecuarias que rodean la localidad son la mejor opción para conocer su entorno, a pie o en bicicleta. Las 4 rutas más importantes son la de los Prados, la Real, la del Monte del Chorro y la del Monte Alto.
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Valdeavero
Un destino donde el patrimonio histórico se fusiona con la belleza natural, ofreciendo la oportunidad de explorar desde su iglesia del siglo XVI y el palacio del marqués de Campoflorido, hasta disfrutar de la observación de aves en sus estepas cerealistas protegidas.
Valdemorillo
La iglesia herreriana, la antigua fábrica de loza y el entorno del río Guadarrama ofrecen una experiencia inolvidable, complementada por la tradición taurina y las ermitas con encanto.

Valdemoro
Valdemoro se localiza a 29 km al sur de Madrid, cerca del Parque Regional del Sureste, entre lomas y campiñas en yesos donde crecen olivares y matorrales. Cuenta con una población que supera los 81.000 habitantes.
Los primeros indicios de presencia humana en Valdemoro se remontan a la Edad del Hierro, hallados en la finca de El Espartal. De la Edad del Bronce se han encontrado algunos poblados que evidencian el carácter estratégico de la zona. Del periodo Calcolítico contamos con numerosos elementos materiales. De la época romana se han hallado restos de una villa que tuvo continuidad hasta el periodo visigodo.
En el subsuelo se han encontrado vestigios de métodos orientales para el abastecimiento de agua, lo que confirmaría una probable fundación musulmana de la actual villa de Valdemoro. Sin embargo, parece que a la llegada de los musulmanes ya existía la población, y sus habitantes habría opuesto una fuerte resistencia a la invasión. Tras la Reconquista del reino de Toledo, por Alfonso VI, en 1085, el concejo segoviano extendió su amplia Comunidad de Villa y Tierra, a la que se vincularía Valdemoro en 1190, mediante un privilegio del rey Alfonso VIII. En este ámbito Valdemoro alcanzó importancia y se convirtió en cabeza de sexmo, donde se agrupaban los lugares de Chinchón, Bayona, Valdelaguna, Villaconejos, Seseña, Ciempozuelos y San Martín de la Vega. Después pasó a formar parte del patrimonio territorial del Adelantado Mayor de Castilla, Hernán Pérez de Portocarrero. A finales del siglo XIV se convirtió en señorío eclesiástico del Arzobispado de Toledo. Paralelamente, la concesión del privilegio de villa, gracias a Enrique III, facilitó su paulatino desarrollo económico y social. En 1480 los Reyes Católicos desvincularon Valdemoro de la Tierra de Segovia en beneficio de los marqueses de Moya. En 1577 volvía a cambiar de dueño, por Felipe II, en favor de las propiedades del arzobispado toledano. De ser villa de realengo pronto se convirtió en señorío jurisdiccional en manos de Melchor de Herrera, marqués de Auñón, regidor del concejo madrileño, época en la que se fundó el convento del Carmen. Valdemoro se mantuvo en poder de la familia del marqués hasta su venta a Francisco Gómez de Sandoval y Rojas, duque de Lerma y valido de Felipe III. Su nuevo propietario aprovecharía la ubicación privilegiada de la villa en el camino de la Corte al Real Sitio de Aranjuez para honrar a los monarcas y su numerosa comitiva en sus paradas intermedias de descanso. El núcleo urbano contó con el privilegio de realizar una feria anual. La pertenencia a Lerma trajo consigo la fundación del convento de la Encarnación. En la segunda mitad del conflictivo siglo XVII se acometieran las obras más notables de la iglesia parroquial, consistentes en el alzado de la capilla mayor, campanario, bóveda y frescos de la nave central y reconstrucción de la capilla del Rosario. En el siglo XVIII, José Aguado Correa, hidalgo cortesano y natural de la villa, consiguió instalar una fábrica de paños finos en posesiones familiares, amparado en las nuevas doctrinas de renovación industrial promulgadas por los Borbones.
Entre el patrimonio histórico-artístico de Valdemoro destaca la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción, de estilo barroco, el edificio más importante del conjunto monumental del municipio. Destaca la torre del campanario, culminada en 1764. El altar mayor está adornado por tres pinturas: San Pedro Mártir, de Ramón Bayeu, La Asunción de la Virgen, de Francisco Bayeu, y Aparición de la Virgen a San Julián, obispo de Cuenca, de Francisco de Goya. Completan la oferta pictórica del templo dos pinturas de Claudio Coello, San Francisco Javier y San Ignacio de Loyola, así como varios frescos de Antonio van de Pere.
El convento de Santa Clara fue construido en 1613 bajo el mecenazgo del duque de Lerma. El diseño correspondió a fray Alberto de la Madre de Dios. La iglesia constituye el elemento más interesante del conjunto. El retablo está decorado con dos pinturas del siglo XVII.
La plaza de la Constitución es un espacio de forma rectangular que obedece a la tradición castellana, con soportales y balconadas de. Entre sus construcciones destacan la Torre del Reloj, de 1672, la Casa Consistorial, del siglo XVI, en el que participó Francisco de Mora.
La Fuente de la Villa es uno de los ejemplos más interesantes de fuentes barrocas madrileñas, mandada costruir en piedra de Colmenar por el duque de Lerma en 1605. Se usaba para el ganado y para los comerciantes que acudían a la feria otorgada desde el siglo XVII. Junto a la fuente se levanta el lavadero municipal, un interesante edificio de comienzos del siglo XX.
Entre las fiestas del municipio, por su interés turístico, destaca la celebración de la Feria Barroca de Valdemoro, un mercado artesano ambientado en el siglo XVII. Tiene lugar a mediados del mes de octubre. Su origen proviene del Privilegio de Feria otorgado por el rey Felipe III en 1603.
El entorno natural de Valdemoro cuenta con la protección del Parque Regional del Sureste en la zona más oriental del municipio. Valdemoro cuenta con una red de caminos que comunica el municipio con parajes y localidades próximas, algunos de gran riqueza paisajística, floral y faunística. Entre los senderistas y ciclistas, cobran especial relevancia las cuatro rutas que el Ayuntamiento ha señalizado para divulgar estos hábitats. Se trata de las denominadas Bolitas del Airón, Canteras de Yeso, Entrecerros y Cerro de la Mira. Aquellos que se adentren en los campos que circundan el centro urbano, se aproximarán también a la influencia que el paisaje ha tenido en el poblamiento del territorio desde hace 4.000 años, cuando se datan los primeros asentamientos en la zona conocida como El Espartal; muy cerca, en Las Canteras, se localiza un vicus romano considerado uno de los yacimientos más importantes de este periodo en la región. La importancia de Valdemoro como punto intermedio en el antiguo camino histórico Madrid-Aranjuez y en el interés cultural y paisajístico de un emplazamiento particularmente fértil suscitará el interés de los visitantes.
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Villaviciosa de Odón
Villaviciosa de Odón se ubica a 23 km al oeste de Madrid, entre los barrancos y vaguadas de la vega del río Guadarrama, entre retamares, encinares y alcornocales.
Según los restos arqueológicos hallados, los primeros pobladores constatados de estas tierras provienen del período tardorromano, del siglo III. Desde entonces parece permanente la presencia humana, como confirman diversos materiales de la época visigótica. La población documentada más antigua que conocemos en el municipio es un poblado árabe, citado por el cronista Ibn Hayyan en 939, llamado Calatalifa, mandado construir por Abderramán III en el siglo X. Situado en una zona cercana al río Guadarrama, durante la Reconquista fue ocupado por las tropas castellano-leonesas en el avance cristiano que culminó con la conquista de Toledo por Alfonso VI en 1085. El lugar subsistió como poblado independiente de la jurisdicción de Segovia, con habitantes cristianos, moros y judíos, que se fue despoblando paulatinamente hasta desaparecer hacia finales del siglo XIII.
A mediados del siglo XV, aparece un documento en el que figura el nombre de Odón, A finales de este siglo, los Reyes Católicos separan la población de la jurisdicción de Segovia para cedérselo en Señorío a los marqueses de Moya, don Andrés Cabrera, mayordomo de Enrique IV, y su esposa doña Beatriz de Bobadilla, quienes, en 1496, edifican aquí una fortaleza. Su tercer hijo, don Fernando, heredó el Señorío que incluía la villa de Odón. Durante la guerra de las Comunidades sufrió en sus propiedades el asalto y destrozo de fortalezas que realizaron los Comuneros de Segovia. En recompensa a su lealtad, Carlos I le concedió el título de conde de Chinchón. El tercer conde de Chinchón, don Diego Fernández Cabrera, ordenó la reconstrucción del castillo, hacia 1590, según planos anteriores del arquitecto Juan de Herrera.
En el reinado de Felipe V, tras la guerra de Sucesión, Villaviciosa adquiere su nombre definitivo y comienza a tener un peso específico relevante entre la nobleza y la realeza. Se piensa en nuevas orientaciones para los sitios y cazaderos reales. Se buscan puntos no muy alejados de la Corte y acordes con las diferentes estaciones del año. En este inusitado interés por aumentar el Patrimonio Real, se encuadra Villaviciosa de Odón. Isabel de Farnesio, Felipe V y el Infante don Luis eran grandes amantes de la caza, hecho que les llevó a arrendar algunas fincas para ese fin. En1739, el propio rey decretó la zona como Bosque Real, lo que motivó que la villa floreciese en el siglo XVIII con la presencia de la Familia Real y su séquito.
Entre el patrimonio histórico-artístico de Villaviciosa de Odón destacan: la Casa-Palacio de Manuel Godoy, construida a principios del siglo XVII con el estilo de los Austria. Fue habitada por los marqueses de Villacastel de Carrias, los condes de Murillo y los condes de Belveder, entre otros. En 1800, pasa a manos de doña Teresa de Borbón y Vallabriga, condesa de Chinchón, y su esposo don Manuel Godoy. A partir de la caída de Godoy, la casa no acogió nunca más a su familia titular y fue objeto de arrendamiento durante todo el siglo XIX. El Ayuntamiento de Villaviciosa la adquirió en 1986. La finca encierra unos magníficos jardines con huertas, atravesados por el arroyo de La Madre. En la actualidad, la Casa de Godoy alberga la colección de pintura Maruja Díaz y Danza y el denominado Café del Infante. El conjunto arquitectónico del centro histórico se puede admirar a través de una ruta que selecciona las construcciones más notables. El castillo de Villaviciosa de Odón es la edificación con mayor singularidad. La primera fortaleza fue edificada en tiempos de los Reyes Católicos por los marqueses de Moya a finales del siglo XV. Casi un siglo después, el conde de Chinchón don Diego Fernández Cabrera ordenó su reconstrucción según los planos de Juan de Herrera. La fortaleza tiene planta cuadrangular, con tres torres circulares y una torre de homenaje. Del interior, hay que significar el patio porticado con pilares y arcos de piedra berroqueña, en cuyo centro aparece un templete, también de granito. Actualmente, el castillo pertenece al Ejército del Aire, que lo utiliza para albergar su Archivo Histórico desde 1973. La Fuente de los Caños, al pie del castillo, se atribuye a Ventura Rodríguez, construida en el siglo XVIII. Los dos espacios verdes contiguos al castillo conjugan naturaleza, arte, cultura y recreo. El parque de El Castillo está conformado por unos amplios terrenos abiertos con arbolado disperso, en cuyo centro se distingue un estanque de considerables dimensiones abundantemente poblado por variedad de aves acuáticas, como ánades de varias especies, gansos, cisnes, ocas, etc. El Jardín Histórico es una recreación adaptada del proyecto de jardín que don Juan Bautista Sachetti ideó en 1739 por orden del rey Felipe V para decorar los exteriores del Castillo. El torreón de doña Laura García Noblejas es un singular edificio enclavado en unos jardines. Se construyó en 1860 y en 1973 fue. Hoy forma parte del patrimonio municipal y se destina a diversas actividades.
Calatalifa fue una antigua población árabe, situada junto al río Guadarrama, que mandó construir Abd al-Rahmán III en el siglo X. La fortaleza se situaba en un punto estratégico, conocido como cerro de El Miradero. En la actualidad podemos encontrar el yacimiento arqueológico que forman sus ruinas, ubicadas en el Parque Regional del Curso Medio del río Guadarrama y su entorno. Este enclave proporciona unas magníficas vistas del río y la vegetación de bosque mediterráneo y de ribera. Una ruta desde el centro urbano nos permite llegar a este singular entorno.
El entorno natural de Villaviciosa de Odón fue antaño un gran encinar mediterráneo maduro, con bosques de ribera en las inmediaciones de ríos y arroyos. En la actualidad el paisaje intercala distintas extensiones de encinares, dehesas, pinares, matorrales variados, bosques de ribera, sotos, cultivos de secano, huertas y pastos. La fauna de Villaviciosa de Odón es tan variada en especies como las comunidades vegetales a las que van ligadas. En los encinares y pinares de pino piñonero destacan la comadreja, el tejón o el zorro; aves como el águila imperial, el búho real o el cárabo, además de diversas variedades de reptiles y anfibios. En las dehesas destacan la musaraña, el cernícalo o la perdiz roja. En los humedales y sotos encontramos erizos, turones y corzos, así como gran variedad de aves, como el milano negro, la garza real o el martín pescador.
Para conocer el entorno natural de Villaviciosa podemos recorrer las rutas de interés ambiental, así como otras rutas y paseos.
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