In the Sierra de Guadarrama National Park, at the gates of La Pedriza, is the Manzanares el Real castle, also known as the Mendoza castle or new castle. This late medieval castle, built in the 15th century as a palatial residence for the powerful Mendoza family, is the best preserved in the Community of Madrid.

The Manzanares el Real castle was built on a Romanesque-Mudejar church and stands out for its mix of Elizabethan Gothic styles and Spanish-Muslim elements. It is the work of architect Juan Guas and served as a precedent for the Palacio del Infantado in Guadalajara.

It currently houses a Medieval Interpretation Center, as well as a collection of tapestries, paintings, armor and furniture from the 16th to 19th centuries. It was declared a Historical-Artistic Monument in 1931.

The castle offers guided tours and allows events to be held.

The dramatized visits to the Manzanares Castle are intended to bring us closer to the period of the time, through characters belonging to one of the most influential families of the time, the Mendozas. During the plot we will discover the history, architecture, uses and customs of the different rooms of the castle. In addition, you will be able to tour a large part of the castle, thus being able to see the connection of rooms and knowing the social provisions of each social group.

Without a doubt, the most educational and fun way to learn about the culture and history of Madrid.

Historia del Castillo

En el Parque Nacional de la Sierra de Guadarrama, a los pies de La Pedriza, se encuentra el castillo de Manzanares el Real, también conocido como castillo de los Mendoza o castillo nuevo. 

El origen de esta construcción es el señorío nobiliario del “Real de Manzanares”, creado por la Corona para solucionar los pleitos sin fin entre el Concejo segoviano y el madrileño por la jurisdicción de estas ricas tierras de bosques y pastos.

Un largo proceso de alianzas convertirían a los Mendoza en una de las familias más poderosas del Reino de Castilla. En 1445, Juan II les concedió el título de marqués de Santillana y conde del Real de Manzanares, que se personificó en Íñigo López de Mendoza, famoso como gran hombre de estado, guerrero, así como poeta, autor de composiciones populares como las serranillas.

El primer duque del Infantado, Diego Hurtado de Mendoza, es quien impulsa la construcción del castillo nuevo de Manzanares el Real, encomendada al célebre arquitecto Juan Guas. Su estilo, caracterizado por la combinación de elementos góticos y mudéjares, se aprecia en cada rincón de la fortaleza. La rica decoración, con motivos geométricos y vegetales, y la elegancia de sus líneas hacen del castillo de Manzanares el Real una obra maestra de la arquitectura tardomedieval que sirvió de precedente al palacio del Infantado en Guadalajara.

De sillería de granito, el núcleo, es un cuadrado con tres torres cilíndricas adosadas, siendo la torre cuadrada del homenaje otro cuerpo conectado con el recinto donde se encuentra la capilla. Este recinto está rodeado por la barbacana, más baja, con adarve almenado. La entrada cuenta con matacanes, flanqueada de torreones con saeteras. 

Este carácter de fortaleza exterior, en una época tan avanzada, sólo pudo ser posible por las estrechas relaciones de los Mendoza con los Reyes Católicos, ya que éstos habían prohibido erigir nuevas construcciones defensivas a fin de controlar el poder militar de la nobleza.

La importante novedad está en el interior del castillo, al utilizarse el gran espacio central, no ya como el tradicional patio de armas, sino como un patio residencial con doble galería de arcos carpaneles, de estilo gótico, contrastando su levedad con la contundencia pétrea de la fachada exterior.

Su interior alberga, entre otros elementos, una colección de tapices flamencos, pinturas, armaduras y muebles de los siglos XVI al XIX. 

Tras siglos de abandono, el conjunto fue objeto de una primera restauración en 1914, por el arquitecto Vicente Lampérez. En 1931 fue declarado Monumento Histórico-Artístico y en 1964 se realizó la última restauración, a cargo de Manuel González Valcárcel. En 1982, el edificio acogió la ponencia redactora y la firma del Estatuto de Autonomía de la Comunidad de Madrid, que entró en vigor en 1983. 

Las visitas al castillo se encuentran suspendidas temporalmente.

 

 

 

 

 

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