Loeches: Santuario de la memoria y fe de ilustres familias
Loeches
Loeches se encuentra a 35 km al este de Madrid, entre los páramos de la Alcarria madrileña y la vega del río Henares. Su población supera los 9.000 habitantes.
Existen datos de Loeches desde el siglo XII, y su nombre es, según Pascual Madoz, de origen vasco, debido a la repoblación con pastores vascones durante la Reconquista. El nombre proviene del vascuence "lo" (dormir) y "etxe" (casa).
Desde 1129 formó parte de las Veinticinco Villas que componían el Alfoz de Alcalá, perteneciente al Arzobispado de Toledo tras la conquista de la ciudad musulmana de “Al-Qalat-Nahar”, como regalo que le concede Alfonso VII al arzobispo Bernardo de Cluny por su ayuda en la empresa.
Recibió el título de villa en 1555 por Carlos I. Felipe II la vendió, junto a otras villas pertenecientes al Arzobispado de Toledo. El comprador fue Baltasar Catanno. Este a su vez vendió el señorío a la familia Cárdenas-Avellaneda, quienes fundaron el convento de Carmelitas de San Ignacio Mártir en 1596.
El conde-duque de Olivares compró el señorío en 1633. Pretendió hacerse con el patronazgo del monasterio de carmelitas, pero no lo consiguió. Por ello encargó a Alonso Carbonel la obra del monasterio de la Inmaculada Concepción, muy similar al Real de la Encarnación de Madrid, y un modesto palacio del que sólo se conserva su puerta.
En 1643 el conde-duque de Olivares cesó como primer ministro de Felipe IV y fue desterrado a Loeches, proyectando convertir sus montes en un gran coto de caza, pero los agricultores se lo impidieron. En 1645, falleció y fue enterrado en el monasterio de la Inmaculada Concepción.
Entre el patrimonio histórico artístico de Loeches destaca el monasterio de la Inmaculada Concepción, especialmente su iglesia, que con su imponente chapitel de pizarra se ha convertido en una de las señas de identidad de la villa. Fue ejecutada por el arquitecto real Alonso Carbonel en 1640, transformando todo el conjunto de la plaza. La iglesia se convirtió en una de las más ricas en obras pictóricas de España, con objetos del rey Felipe IV donados al conde-duque de Olivares. También familiares de las Madres Dominicas donaron muchas otras obras. La colección de arte tenía obras de Alonso Cano, Rubens, Bassano, Tintoretto, Veronés y Miguel Ángel, entre otros. En 1809 la colección fue saqueada durante la invasión napoleónica y muchas de estas obras fueron llevadas a Francia, donde hoy pueden ser vistas en museos como el Louvre, la Galería Nacional de Londres o el Museo Ringling en Florida.
El panteón de los duques de Alba se encuentra en la iglesia del convento de la Inmaculada Concepción, delimitado por una hermosa reja que deba paso al antiguo palacio del conde duque de Olivares. En 1909 se añadió el panteón de la Casa de Alba, que fue inaugurado por su hijo Jacobo Fitz-James Stuart y Falcó y su tía abuela, Eugenia de Montijo. En el mausoleo descansan principalmente los restos de los jefes de la Casa de Alba junto con sus consortes, a partir de Jacobo Fitz-James Stuart y Ventimiglia, XV duque de Alba. Destaca la escultura de María Francisca de Sales Portocarrero, hermana de Eugenia de Montijo y última emperatriz de Francia, obra de Charles-Alphonse-Achille Gumery. Descendiendo desde el panteón se encuentra la cripta de enterramiento de la familia Olivares y Carpio.
Al otro lado de la plaza se levanta el monasterio de San Ignacio Mártir, fundado por la familia Cárdenas y Zapata en 1596. El actual convento de Carmelitas alberga los restos de los fundadores del monasterio, Íñigo de Cárdenas y Francisca de Cristo, primera priora de la comunidad. Éste se articula alrededor de un claustro que alberga las diferentes dependencias. Destacamos su iglesia de estilo austero y sencillo, típico de las iglesias teresianas. Las monjas carmelitas de este convento elaboran mermeladas artesanas.
En una de mis zonas más elevadas de la villa se alza majestuoso la iglesia de la Asunción de Nuestra Señora, un hermoso ejemplo de construcción renacentista que data del siglo XVI, aunque la planta original se remonta al siglo XIII, cuando los cristianos repoblaron Loeches tras la Reconquista. El altar mayor cuenta con una lápida gótica datada en 1295. En su exterior destacan tres puertas de tres estilos diferentes, protagonistas de la evolución arquitectónica del edificio desde el siglo XVI al XVII.
Lo ámbitos naturales más importantes de la localidad son el Cerro del Rollo y el Monte de la Hinojosa, ambos próximos entre sí, al oeste de Loeches, poblados por encinares. Ambos permiten disfrutar de paseos y rutas de senderismo. Desde Loeches también es posible realizar rutas de ciclismo, como la que conecta con Pozuelo del Rey, Campo Real, Nuevo Baztán o Velilla de San Antonio, y a su vez con CiclaMadrid.

Foto: Vista general de Loeches

Foto: Monasterio de la Inmaculada Concepción

Foto: Monasterio y panteón familiar de la Casa de Alba

Foto: Panteón familiar de la Casa de Alba

Foto: Monasterio de San Ignacio Mártir

Foto: Iglesia de la Asunción de Nuestra Señora
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