Castillos en la Comunidad de Madrid
Castillos de Madrid
Fortificaciones, castillos, atalayas, un viaje al pasado de la Comunidad de Madrid, una incursión en la Edad Media, para entender la historia de la región, es lo que nos ofrece el programa turístico 'Red de Castillos de la Comunidad de Madrid'. Si lo que te gusta es un turismo cultural y además disfrutar de la belleza del entorno, este plan te va a entusiasmar.
Se trata de un plan diferente que evoca el ambiente de la Edad Media con la visita a los lugares de interés que están contenidos en la guía turística de Castillos de Madrid, que se encuentran enclavados en parajes naturales de gran belleza y que por su antigüedad podríamos clasificar en tres etapas históricas, que incluyen: las primeras construcciones fortificadas que se remontan a la época Andalusí (siglos VIII al XI), las fortificaciones de repoblación castellana (siglos XII al XIV), y de la época señorial las fortalezas en el transito hacia la Edad Moderna (siglos XV al XVI).
Se pueden visitar los siguientes emplazamientos:
• Castillo de la Coracera en San Martín de Valdeiglésias (1434), que sigue el modelo de residencia señorial fortificada de la época.
• Castillo del Duque del Infantado en Manzanares el Real (1475), considerado una joya arquitectónica medieval del Reino de Castilla.
• Castillo de Gonzalo Chacón en Arroyomolinos (1478), típico ejemplo singular de fortificación del siglo XV, que tanto prolifero en aquellos días.
• Castillo de los Zapata, Condes de Barajas, en la Alameda de Osuna (1475), construido por el conde de Barajas como finca de recreo.
• Castillo de las Encomiendas Santiaguistas de Villarejo de Salvanés (siglos XIV al XVI), nacido para proteger el flanco oriental de Toledo, en las cercanías del rio Tajo.
• Y por último el recinto amurallado y Castillo de los Mendoza de Buitrago del Lozoya (Siglos XII al XIV), construido con técnicas de tradición andalusí para proteger la villa.
En nuestro recorrido irás de norte a sur y de este a oeste. Visitarás lugares como Manzanares El Real, cuyo castillo fue sede de la proclamación del estatuto de autonomía de Madrid, el castillo de Buitrago con su recinto amurallado, el de Batres entre otros muchos. Cada uno tiene su historia. ¡Acompáñanos y descubre algunos de sus secretos!

Manzanares el Real
Castillo de los Mendoza o de los Duques del Infantado
Ofrece una experiencia única por su localización, porque está en pie y puede recorrerse casi íntegramente, por la reconstrucción de las estancias privadas de los señores y por la exposición permanente, que muestra su historia y cómo era la vida en él. Es además escenario de fiestas medievales y otras celebraciones.
El castillo, donde se firmó el Estatuto de Autonomía de la Comunidad de Madrid en 1983, es el mejor conservado de toda la Comunidad de Madrid. Por su historia, patrimonio y cultura, fue declarado Monumento Histórico-Artístico en 1931.
Diego Hurtado de Mendoza, primer Duque del Infantado, mandó construir el castillo nuevo, contrató los servicios del arquitecto de los Reyes Católicos, el afamado Juan Guas. El castillo nuevo guardaba en su interior un cómodo palacio dotado con todos los espacios necesarios para el desarrollo de las actividades públicas y privadas propias de la vida señorial de finales de la Edad Media y al mismo tiempo, presentaba la solidez y los recursos defensivos propios de una fortaleza.
Créditos imagen: ©Hugo Fernández. Comunidad de Madrid

San Martín de Valdeiglesias
Castillo de la Coracera
A principios del siglo XV Don Álvaro de Luna, valido de Juan II, mandó construir este castillo aprovechando la cima de una loma. Hoy, desde lo alto de la torre del homenaje se disfrutan unas excelentes vistas de la Sierra de Gredos y la campiña circundante. Su episodio más famoso es el de haber servido de residencia a Isabel La Católica al ser proclamada heredera de Castilla.
En el interior del edificio se encuentra la Oficina de Información Turística de San Martín de Valdeiglesias y su Comarca y, en torno al Patio de Armas, otras dependencias entre las que destacan la capilla y la bodega. También existe una vinoteca que es sede del Consejo Regulador de la Denominación de Origen Vinos de Madrid, en el que podrás degustar algunos de ellos.
Un “típico” castillo señorial
El Castillo de la Coracera es un castillo señorial arquetípico, pues reproduce el modelo básico de residencia señorial fortificada más extendido en la primera mitad del siglo XV, que constaba de dos cinturones defensivos en torno a la torre principal o “torre del homenaje”. Llamada así porque en ella se encuentran las estancias donde se alojaban el señor y su séquito, donde además tenían lugar actos jurídicos como el pacto de fidelidad o de “homenaje” de sus vasallos.
El primer cinturón era la defensa más exterior y estaba formado por una muralla más baja que rodeaba el recinto y que a su vez estaba rodeada por un foso. El cinturón interior lo constituía un recinto principal, de forma cuadrangular con torres en las esquinas y un patio interior donde se hacía la vida.
Casi todo el castillo es visitable y desde la torre del homenaje se disfrutan excelentes vistas del la Sierra de Gredos y la campiña circundante, en la que destacan los viñedos que plantaron los monjes de un monasterio benedictino que hubo en el valle.
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Villarejo de Salvanés
Fortaleza de la Orden de Santiago
De la fortaleza original, hoy solo queda una pequeña parte: la torre del homenaje y los cimientos recuperados gracias a excavaciones arqueológicas. Desde la torre se divisa todo el territorio circundante, al atardecer la puesta del sol sobre los páramos de las "alcarrias" madrileñas es todo un espectáculo.
Las fortificaciones de la Orden de Santiago
Los reyes encomendaron a las órdenes militares, formadas por guerreros a los que movía un especial fervor religioso, la defensa y administración de diferentes comarcas y fortalezas conquistadas, denominadas “encomiendas”. La Encomienda Mayor de Castilla se dejó en manos de la Orden de Santiago. A ella pertenecen dos fortificaciones situadas al sudeste de la actual Comunidad de Madrid: las de Villarejo de Salvanés y Fuentidueña de Tajo.
La torre del homenaje
Esta torre, que era más alta que la de su vecina fortaleza de Fuentidueña de Tajo, era la residencia del comendador de la Orden de Santiago que tenía a su cargo el gobierno de la fortaleza y de toda la encomienda, y ocupaba una de las esquinas del recinto fortificado.
Desde la torre del homenaje la visión panorámica del territorio permitía a los caballeros vigilar a muchas leguas a la redonda la circulación de la ruta, así como la llegada de tropas enemigas. En el interior, la exposición sobre la historia del castillo que ocupa sus tres plantas, te permitirá conocer con detalle la evolución administrativa y defensiva de la fortaleza.
¿Cómo era la poderosa fortaleza de Villarejo?
Cuesta imaginar la amplitud del complejo original, un recinto que se extendía hacia el norte, por debajo del espacio que hoy ocupan la Casa de la Cultura y unas naves industriales adyacentes. No obstante, sabemos cómo era gracias a la buena organización de la Orden de Santiago. El recinto amurallado contaba tres torres de flanqueo al menos, una puerta situada al norte protegida por dos torres y un foso. En su interior, se hallaban los aposentos de los caballeros de la Orden y la guarnición, las cocinas, los almacenes y las caballerizas.
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Buitrago del Lozoya
Villa fortificada y Castillo de Buitrago del Lozoya
Su castillo o alcázar junto a la iglesia de Santa María del Castillo, la Torre del Reloj y la muralla confieren un aire medieval a este municipio
Un paseo por la Edad Media
Tanto el castillo como las murallas se han conservado casi íntegramente debido a que, por su solidez, se les han dado otros usos, ahorrando así material. Así, las murallas sirvieron de apoyo a casas modernas, mientras que el castillo se transformó en plaza de toros. De hecho, hoy en día las gradas de la plaza aún ocupan el espacio que anteriormente ocupaban las habitaciones del castillo, y el patio acoge conciertos en verano.
La mejor manera de apreciar el conjunto es comenzar el recorrido por el puente del Arrabal, desde donde se disfruta de la más amplia vista de todo el recinto fortificado. En esta zona exterior es donde se situaban los burgos periféricos habitados por los campesinos más pobres y artesanos cuyos talleres por razones de higiene debían estar “extramuros”. Una vez dentro del recinto no dejes de ver la Torre del Reloj, caminar por la muralla y visitar la iglesia de Santa María del Castillo.
Un castillo singular
Gracias a su reciente restauración y a las excavaciones arqueológicas, se han recuperado restos de la barrera y el foso con que contaba originalmente.
Una de las estructuras más características de este castillo es la coracha, un brazo de la muralla que bajaba hasta el río para proteger el puente y que al observarlo nos da la sensación de que el castillo se extiende hasta el Lozoya. En la actualidad, cuenta con un arco bajo el que pasa una calle, aunque ninguno de los dos existía en época medieval. Por su parte el puente, que es de posible origen romano, hoy no está visible porque se encuentra bajo las aguas del embalse.
Créditos Imagen: Buitrago del Lozoya © Comunidad de Madrid
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Arroyomolinos
Castillo de Gonzalo Chacón
Situado en el centro de Arroyomolinos, en medio de un gran espacio ajardinado. Las excavaciones revelaron que no era un torreón aislado, sino la torre del homenaje de un curioso castillo construido en ladrillo, fortificado y rodeado por un foso. Forma parte de la Red de Yacimientos Visitables de la Comunidad de Madrid. Pero, ¿quién era Gonzalo Chacón? Fue mayordomo de Isabel la Católica y señor de Arroyomolinos y Casarrubios (Toledo), señoríos que le otorgó la reina en reconocimiento por sus fieles servicios.
No todos los castillos son de piedra
En una comarca donde las canteras quedaban lejos y la piedra era costosa, el ladrillo fue el material empleado también en la construcción de otros castillos cercanos como el de Batres o el de Casarrubios. La torre que ha llegado hasta nuestros días se ha mostrado firme al paso del tiempo, contrariamente a lo que cabría sospechar de su modesto aparejo de ladrillos. Una prueba de su resistencia es el poco daño que causaron los impactos de grandes balas que aún se aprecian en su superficie.
Un castillo, no un torreón
Durante mucho tiempo, el torreón fue la única parte visible de lo que originalmente era un castillo. Las excavaciones revelaron que a los pies de la torre se ocultaban los restos de una barrera de artillería y un gran foso, así como de dos edificios auxiliares a ambos lados, uno de caballerizas y otro de cocinas.
Puede ser visitados de forma libre, siguiendo los paneles explicativos instalados en el marco de la Red de Yacimientos Visitables de la Comunidad de Madrid, o con una de las visitas guiadas organizadas por el Ayuntamiento de Arroyomolinos.
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Batres, cuna de Garcilaso
Castillo de los Laso de Vega
En el Sur de la Comunidad de Madrid se encuentra Batres, cuyo castillo es uno de los más originales de toda la Comunidad de Madrid. Construido en barro cocido sobre cimientos de pedernal, en los siglos XV y XVI, es uno de los castillos mejor conservados de la Comunidad, declarado Conjunto Histórico-Artístico en 1970. Destacan su torre del Homenaje, de 25 metros de altura, y su balconada de forja.
En su origen, fue propiedad de los Señores de Batres, casa que guarda una curiosa historia: a finales del siglo XV, la sexta Señora de Batres, Sancha de Guzmán, fue presionada por el mismísimo Fernando El Católico para contraer matrimonio con el valeroso capitán Garcilaso de la Vega. De ese matrimonio resultó como hijo el famoso poeta.
Evolución del castillo
El primitivo castillo era distinto al actual. Es probable que se limitara a la torre rodeada de algunos dispositivos de defensa. El edificio residencial adosado a la torre y organizado en torno a un bello patio porticado es un añadido posterior. Debió construirse en dos fases: la primera correspondiente a la época de Sancha Guzmán y la segunda a la de su hijo Pedro Laso de Vega (hermano mayor de Garcilaso). Mientras que la primera obra debía tener un aspecto defensivo, la segunda le dio el actual aspecto de palacete renacentista.
Reconvertido a finales del siglo XIX en secadero de tabaco, en la década de 1960 lo adquirió un famoso decorador madrileño que lo restauró y amuebló. Actualmente está arrendado a una cadena de servicios para banquetes.
Morada de poetas
Son dos los escritores ligados a la historia de este castillo: Fernán Pérez de Guzmán y Garcilaso de la Vega. El primero fue el tercer señor de Batres y cronista del Rey Don II de Castilla. Estuvo 18 años (entre 1430 y 1458) desterrado en la torre de Batres, donde escribió “Mar de Istorias” y sus famosos “Generaciones y Semblanzas”. Por su parte, Garcilaso de la Vega fue uno de los grandes de la lengua castellana, pero nunca llegó a ser Señor de Batres pues no era el primogénito, aunque debió pasar temporadas en el castillo.
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Chinchón
Aunque no se puede visitar por dentro, lo mejor está fuera: sus impresionantes vistas. De estilo renacentista, fue abandonado en el siglo XVIII tras ser residencia de los condes de Chinchón durante 200 años. Su último uso fue como fábrica de licores.
El castillo es hoy de propiedad privada y está cerrado al público por no reunir las condiciones de seguridad necesarias para su visita. No obstante, lo más interesante está fuera: contemplar su exterior y disfrutar de las fantásticas vistas que se divisan desde el altozano sobre el casco urbano de Chinchón, sin duda uno de los más bellos de la Comunidad de Madrid.
Construido a finales del siglo XV, con piedra de Colmenar de Oreja y su factura recuerda las fortificaciones contemporáneas de inspiración italiana: la portada almohadillada parece importada de la Toscana. La mayor altura de las torres cilíndricas de este cuerpo es indicativa de que originalmente debió tener dos pisos y elevarse sobre el conjunto.
El interior del castillo está muy deformado debido a las grandes modificaciones que sufrió hace unas décadas para instalar una fábrica de licores.
Fue Diego Fernández de Cabrera y Bobadilla, Marqués de Moya, III Conde de Chinchón y señor de Odón quien decidió reconstruir la fortaleza como forma de ostentación y poder. Su espectacular blasón corona aún hoy la entrada al castillo de Chinchón.
Sirvió de acuartelamiento durante la Guerra de Sucesión (1708) y la Guerra de Independencia. Dejó de usarse en el siglo XVIII.
Sorprendentemente, aunque se le denomine castillo es en realidad un palacio renacentista. Su estructura guarda rasgos en común con un castillo: sus torreones, sus adarves simulados y su zócalo con puente levadizo y foso parcial. Sin embargo, la ausencia de verdaderos recursos defensivos como huecos para el disparo y fosos completos, junto a su construcción posterior a la “época de los castillos”, lo sitúa en la categoría de palacio señorial con guiños a la arquitectura militar.
Dirección: Calle del Castillo (Chinchón)
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Castillo de la Alameda
Castillo del Conde de Barajas
Hoy es un museo al aire libre en medio de un parque urbano, donde podrás admirar el cuerpo principal del castillo del que se conservan dos laterales y una torre.
Entre los usos que se le dieron a lo largo de la historia, destacan el de prisión y el de alojamiento real. Por una parte, en 1621 hizo de prisión del Duque de Osuna, que había caído en desgracia. Por la otra, en 1599 acogió a la reina Margarita de Austria en su trayecto hacia la capital tras casarse con Felipe III.
Olvidada, la residencia fortificada del Conde de Barajas prácticamente había desaparecido bajo sus propios escombros. Salió a la luz gracias a las excavaciones y posterior reconstrucción llevados a cabo por la Comunidad de Madrid y el Ayuntamiento.
Aunque no conocemos la fecha exacta de su construcción, sí sabemos que ya existía en 1476 el entonces señor de Barajas, Juan Zapata, se refugió en la fortaleza después de perder el alcázar de Segovia durante la Guerra de Sucesión entre los partidarios de Juana la Beltraneja y los de Isabel la Católica.
Con sus esquinas redondeadas, la torre del homenaje era similar a las de Pinto y Arroyomolinos, mientras que la gruesa barrera exterior estaba diseñada para defenderse de un ataque con artillería y, asimismo, para instalar su propia artillería. Del cuerpo principal del castillo se conservan dos laterales y una torre que ocupaba la esquina opuesta a la torre del homenaje. El pequeño tamaño del edificio contrasta con la monumentalidad de la barrera de artillería y su foso.
Un museo al aire libre
En torno a la fortaleza, se ha implantado un museo al aire libre que merece la pena visitar, pues nos acerca a la historia del lugar a través de paneles explicativos de los restos encontrados en las excavaciones arqueológicas.
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Villaviciosa de Odón
Castillo de Villaviciosa
En la actualidad, es sede del Archivo Histórico del Ejército del Aire y puede visitarse concertando visita. Con una historia parecida al de Chinchón, pues lo construyó el mismo señor para mayor grandeza de su familia, pero con una estética y un estado de conservación distinto por completo.
Está construido en granito debido a la relativa proximidad de las canteras al pie de la sierra. El conjunto está concebido de forma unitaria en torno al patio, con numerosas estancias para hacer más cómoda la vida cortesana. Aunque se le denomina castillo, fue en realidad un palacio como dejan entrever sus grandes ventanales, las cubiertas rematadas con chapiteles y linternas y la ausencia de huecos para disparar.
Un poco de historia
Fue Diego Fernández de Cabrera y Bobadilla, Marqués de Moya, III Conde de Chinchón y señor de Odón quien decidió reconstruir la fortaleza como forma de ostentación y poder. Había quedado bastante dañada tras la revuelta de los comuneros como represalia por el apoyo de la Casa de Moya al rey.
Durante el siglo XVIII llegó a alojar a miembros de la Casa Real. En 1738, Felipe V adquirió el Condado de Chinchón con todas sus posesiones para su hijo Felipe, el futuro Rey de Nápoles. Debido a que marchó a Italia, quien ocupó la residencia de Villaviciosa fue su hermano Fernando VI, para quien fue refugio en los años de retiro tras el fallecimiento de su esposa, Bárbara de Braganza.
Posteriormente, fue su hijo el infante Luis Fernando quien se hizo con el palacio y también edificó una residencia en el casco urbano que es hoy un centro cultural conocido como la Casa-palacio de Godoy. Es posible, por otro lado, que Godoy –primer ministro de Carlos IV- quedara confinado en el castillo tras caer en desgracia por su mala gestión de las relaciones con Napoleón.
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Más castillos...
A lo largo y ancho de la Comunidad de Madrid existen otra serie de castillos y fortalezas que merecen la pena. Ya sea de paso, excursión, una escapada romántica o en familia, te animamos a visitarlos.
En el sureste de Madrid, en Santorcaz, se encuentran las ruinas del Castillo de Torremocha. Construido en el siglo XIV sobre un castillo anterior, dotándole así de una variedad de estilos en su interior. El castillo ha sido utilizado como residencia palaciega, arzobispal y cárcel, en la que estuvieron personajes ilustres como la Princesa de Éboli o el Cardenal Cisneros.
La Torre de Arroyomolinos proporciona un toque tradicional e histórico a este moderno municipio. Esta atalaya incluye los escudos de los señores que ordenaron su construcción en el siglo XIV.
En Villanueva de la Cañada se alza el Castillo de Aulencia o de Villafranca. Un pequeño castillo de origen árabe con seis torres cilíndricas y una del Homenaje. Posee varios pisos, pero en la actualidad sólo es accesible la planta baja. El Castillo de Aulencia fue testigo de primera fila durante la Batalla de Brunete en la Guerra Civil española.
La Torre de Éboli en Pinto fue construida durante el siglo XIV, siendo residencia palaciega y cárcel. Como penal, fue el primer destino de la Princesa de Éboli tras ser ordenada su detención en 1579. Construida con una llamativa piedra blanca mide unos 10 metros de ancho por 30 metros de alto.
En Torrejón de Velasco se encuentra un castillo de pequeñas dimensiones con nueve torres y más otra gran Torre del Homenaje que en la actualidad se encuentra semi-derruida.
Construido durante la Reconquista, el Castillo de Villarejo de Salvanés fue sede del Tribunal Especial de las Sedes Militares, en el que estuvo refugiado el famoso héroe “El empecinado”. Afortunadamente, la Torre del Homenaje se ha conservado hasta nuestros días.
El Castillo de Fuentidueña de Tajo, construido durante la época de dominación musulmana, aún conserva uno de los muros y parte de dos torres.