En el corazón al Valle del Lozoya, junto al monasterio de El Paular, se encuentra Rascafría, un pueblo que tiene por costumbre vestirse de blanco en las largas noches de invierno. Así amanece cuando el sol asoma por encima de las cumbres, en esas frías mañanas que despiertan en nosotros nuestro lado más infantil.
Hay quien esos días prefiere no alejarse mucho de le estufa, pero hay también quien, desde niño, aprovechó el brillante manto blanco para jugar, lanzar bolas o moldear un muñeco. A esas personas, a quienes siempre soñaron con dormir en un iglú, va dirigida esta propuesta./n Y después, cuando vuelva a cubrirse el cielo, cuando los copos de nieve vuelvan a acumularse en el quicio de le ventana, entonces será la hora de tomarse un café o un chocolate a la taza.

Secretos del Lozoya

Explora el Valle y descubre algunos de sus rincones más interesantes. Si puedes, llévate una cámara fotográfica, mucho mejor que el móvil. A primera hora, visita del Bosque Finlandés, que está especialmente bonito tras la nevada. Por la tarde tienes dos buenas opciones: visitar el Monasterio de El Paular y el arboreto Giner de los Ríos. Para merendar no te pierdas el chocolate artesano; visita la fábrica, con venta directamente del obrador.

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Caminar por la nieve como en las novelas de Jack London

El segundo día madrugaremos. Seremos los primeros en llegar al puerto de Cotos. Esta parte del plan requiere únicamente una condición física adecuada y muchas ganas de pasarlo bien. Para ir con garantías, y disfrutar de le nieve y del entorno con seguridad, vamos a contratar los servicios de una empresa especializada, en este caso, de Amadablam Aventura.

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